La clóchina del Mediterráneo, clòtxina valenciana o Mytilus galloprovincialis es el molusco bivalvo de pequeño tamaño pariente del mejillón qallego, Mytilus edulis. El que se cría en el Mare Nostrum, de aguas más salinas que la de los océanos, es de sabor más fino, sabroso y jugoso que el que crece en la costa atlántica.
Según un estudio realizado por el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, el molusco valenciano se sitúa por encima de los que crecen en el Delta del Ebro, Francia e Italia, en cuanto a sus cualidades organolépticas. A diferencia del mejillón, que se reproduce durante todo el año, la clóchina sólo lo hace una vez al año, por lo que sólo se consumen en la temporada entre mayo y finales de agosto. Es un alimento saludable, tiene pocas calorías e interesantes propiedades nutricionales, al ser rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.
En Valencia la cocinamos principalmente de la manera más sencilla, al vapor, sólo con un chorrito de aceite de oliva, ajo troceado, gajos de limón, unos granos de pimienta negra y un poco de pimentón dulce.